8.07.2006

Con alma y corazón

BOCA JUNIORS 3-0 BANFIELD
Boca superior, siempre superior. Arriba el canto del pueblo Xeneize, que volvió a la Catedral para llenarla y hacer sentir la presión de lo que es ser el más grande del país. ¿Quedan dudas? Hoy Boca ganó por los huevos en la cancha y de la hinchada. Y más que nada, el aguante eterno de Martín Palermo.
Que este sea el primer partido del campeonato es algo que tiene un párrafo aparte. Si hoy me pidieran para elegir líneas generales sobre el partido de esta tarde, sin duda me quedo con lo que fue el partido en sí dentro de la cancha y no el contexto que tiene que ver con la vuelta al fútbol argentino y tampoco el rival. Boca fue una muestra de aguante puro, de amor a la camiseta (de estreno) y huevo... el huevo de siempre. Falencias propias estaban dejando al equipo en 0 durante el primer tiempo, en el cual no se fue muy precisos a la hora de atacar, aunque sí muy eficaz a la hora de determinar el manejo de la pelota, y de eso Marino estaba siendo bastante fundamental.
El segundo tiempo, todo cambió. Con gran aporte de Battaglia y Neri Cardozo, Boca quebró la defensa (y qué defensa!) de Banfield que se replegó atrás la mayor parte del partido y pudo abrir el marcador. Una jugada combinada entre los dos mediocampistas laterales dejaron a Palermo acomodado para la derecha y poder estampar el 1-0 y abrir lugar a la emoción general: Martín y su momento personal difícil. Más de Battaglia (un gol) y más de el Loco (otro gol), ponen a Boca en un comienzo esplendoroso de Apertura 2006 y, de esta manera, abrir un camino al TRI que tanto se espera por estos lugares.
Comienzo con el pie derecho y esperemos que siga y termine así.