El día que fuimos más grandes
BOCA JUNIORS 1-1 river plei
La grandeza de Boca sobre River es sabida, por historia. Pero una tarde, la del 15 de abril de 2007, se confirmó de manera inmejorable. Una banda amarreta visitó a una gigante franja amarilla plasmada en un fondo azul, que lo bailó. Papá bailó al hijo, pero no pudo cachetearlo como se lo merecía. ¿Superclásico? Super afano.
Minuto 0. El marco, desde siempre, fue exacto para lo que se daba: baile y disfrute Xeneize. Más de 40 mil personas coparon la Bombonera, adecuadamente, con el azul y oro en todos lados, mientras que otros 3500 desubicados molestaban en un costadito por allá arriba, donde nada se escuchaba.
Segundo 49. Ya empezaba el bailongo. Jugada combinada con paredes incluidas entre Riquelme, Palermo y Ledesma, terminaron con el gol de este último, definiendo muy fríamente por debajo de la posición de Carrizo, quien luego salvaría tremendamente a las aves.
Todo el primer tiempo. Del gol hasta el minuto 45 Boca atacó hasta el cansancio. De la mano de Román, figura indiscutible, se manejaron los hilos del partido y el Xeneize fue superior sin ninguna duda. El arquero visitante se floreó y fue una figura que dejó en claro cual fue la imagen de ese equipito durante el encuentro. Las más claras: una que Palermo define de derecha, una de Palacio que tiene que definir (y mal) de zurda y otra más de Rodrigo que define dos veces (una tapada del arquero y otra desviada por arriba a un costado). Pezzotta fue clave en el transcurso: no echó a Ferrari por un recontra sucio planchazo a Banega.
ST primeros 20 minutos. Ya arrancaba con el pie equivocado Boca. No se pudo asentar en el campo como en el primer tiempo. Riquelme no pudo aparecerse y el mediocampo se vio más que desordenado. Así, sin nada, con culo e injustamnete, River empató de carambola: Rosales quiere definir al segundo palo, pero la tremenda suerte de este equipito hizo que la pelota pegue en Morel Rodríguez y se desvíe al primer palo. 1-1.
ST de minuto 20 a 30. Luego de los 20 minutos Boca de a poco se acomodaba. No llegaba, verdad, pero manejaba más el destino de la pelota que en otros momentos. Riquelme de a poco volvía a aparecer y las subidas de Neri Cardozo y Ledesma volvían a dar sus frutos con el ataque constante.
ST de minuto 30 a 45. Se vio de nuevo el Boca del primer tiempo. Román volvió y las clases a los de Núñez seguían, pero estos nos cedían la tremenda suerte. Primero, Palermo, a los 30, intentó conectar con la cabeza un fuerte derechazo de Hugo Ibarra. Luego, cinco minutos más tardes, el mismo Martín intentó hacer lo mismo con un delicioso centro de Riquelme, esta vez con más claridad. A partir de allí la adrenalina corría más por la sangre Xeneize, y más cuando se puso en marcha el muy tardío ingreso de Guillermo Barros Schelotto al campo. Segundos después del cambio, a los 40 minutos, la suerte estaba echada: tiro libre de Román que tapa el arquero gallina con ¡LOS PIES!. Una cosa terrible.
ST descuento. Ya casi todo armado, las crónicas del partido por parte de los distintos medios se qudaron con este segmento del encuentro. Durante este lapso, River logró llegar dos veces, luego de estúpidos errores de apuro por parte de Boca. Pero como debía, el local también llegó: jugada colectiva entre Neri y Riquelme por el medio, pase hacia la izquierda para Palermo, quien no logra resolver y, un disparo más, parado por Carrizo.
Queriamos Super y lo tuvimos. Tuvimos un Super Boca, un Super Equipo que se adaptó al clima y fue demás de superior. Vimos a un Boca que gusta, pero tiene mala suerte. Así, muchachos, yo me quedo conforme. Y no veo difícil hacerle 8 al Bolívar para quedar primeros en el grupo...
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