Insultos. Agravios. Descalificaciones. Asimilaciones fuera de lugar. Falta de apoyo. De respeto. Desubicación. Intolerancia. Injusticia. Desmemoria.
¿Qué mas? ¿Qué otra palabra entra en lo que muchos hinchas de Boca apuntaron a Martín Palermo en estos días? ¿Será que no encuentran la manera de defenderse? ¿Será que ahora es un titán y después un muerto de hambre?
Palermo me dejó muchas cosas claras a mí personalmente. Por empezar, que es un grande, sin dudarlo. Por otro, que es un ídolo inmortal. También que es fuerte, fuertísimo: lo puteas, no le va a importar, hace goles y mira para el lado de los que se acuerdan que es Martín Palermo, un emblema del club. Y a eso va el título del post, a un tipo irrompible.
En un partido atípico (en realidad últimamente se viene dando bastante), Boca liquidó a Banfield ya de entrada, con un Martín que separó cuentas: dos goles en cada tiempo y a otra cosa. Siendo el optimista de siempre aunque muchos lo crean pesimista, el goleador fue figura indiscutible del partido y llevó a Boca a recuperar la punta.
Claro, como este partido no tiene lugar a análisis, me dedico a meterme de lleno en este señor del gol que volvió a aparecer y de manera monstruosa. Después, muchos empezarán con que Dátolo está mejorando, que Palacio también, que Gracián jugó bien. Por mi lado, prefiero guardarme esas palabras para los puntajes y nada más: no hay lugar a análisis y creo que el partido de hoy solo sirve para "engañar" en cierto modo.
Pero bueno, Martín logra eso: ser el único en la cuestión. Muchos seguimos apoyándolo aunque no entre la bocha, vos hacés lo que quieras. Hoy entró en todas.
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